Modifica tus creencias: mejora tu vida

Creencias

Las creencias controlan nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra vida. Rigen nuestro comportamiento sin que nos demos cuenta.

Son una conjetura de la realidad que hemos aceptado como verdadera.

Una vez que aceptamos las ideas de otros como verdades, dichas ideas se graban en nuestro cerebro y se convierten en nuestras verdades.

Nos llenamos de ideas y conceptos (creencias) erróneos que suelen llevarnos a comportamientos desacertados y coartados. Aunque, a veces, parece que obtenemos los resultados deseados.

Las creencias actúan como los filtros de una cámara, cambiando la forma en la que vemos el mundo. Y nuestra biología se adapta a esas creencias.

Podemos elegir distintas formas de percibir el entorno.

Podemos cambiar el curso de la vida, cambiando las creencias.

Te has preguntado: ¿Quién quiero ser? ¿Cuántas de las creencias que impulsan mi vida son falsas y autolimitantes?

Conócete

El conocimiento de uno mismo supone una mayor capacidad de actuación.

Por eso, hoy te invito a identificar tus creencias para ver cómo están afectando tu vida, tus relaciones, tu salud física y mental.

Algunas creencias son fáciles de identificar, otras están programadas en la mente subconsciente y nos sabotean. El mayor obstáculo para conseguir el éxito en aquello que queremos son las limitaciones programadas en el subconsciente.

La mente consciente es creativa, puede conjurar pensamientos positivos. La mente subconsciente es maquinal; repite las mismas respuestas a las señales una y otra vez. Es la reacción estímulo-respuesta del programa de comportamiento almacenado en el subconsciente. En lo que se refiere a la capacidad de procesamiento neuronal, la mente subconsciente es millones de veces más poderosa que la consciente. Los mensajes programados en el subconsciente socavan los mejores esfuerzos conscientes por cambiar tu vida.
 
La función del cerebro es coordinar el diálogo de moléculas señal entre la comunidad. La evolución del sistema límbico tuvo como resultado la aparición de un mecanismo único que convertía la comunicación mediante señales químicas en sensaciones que todas y cada una de las células de la comunidad podían experimentar. Nuestra mente consciente interpreta el flujo coordinado y experimenta estas señales como emociones. —Dr. Bruce Lipton. «La biología de la creencia».

Entonces, para identificar nuestras creencias podemos:

1. Hacer una lista de nuestras opiniones y postura acerca de los temas que más nos importan.

Y darnos cuenta de cómo esas creencias han influido en nuestra vida. Son miles de pensamientos, lo sé. Comienza por los más evidentes y relevantes para ti (amor, salud, trabajo, familia, hijos, relaciones, sociedad, muerte, dinero, merecimiento, etc.).

Por ejemplo, si crees que el dinero es sucio y que hay que ganarlo con el sudor de la frente, tal vez trabajas mucho, ganas poco y tienes opiniones negativas de los ricos.

Si crees que el amor es algo intenso, ciego, doloroso, que te hace perder la cabeza y te anula; es probable que pienses que hay que querer con la cabeza fría porque has tenido experiencias de apego, dependencia y maltrato «por culpa del corazón».

Yo creo que el amor es libre, sin apegos, generoso, alegre, tierno, juguetón, gozoso, expansivo, transformador, enriquecedor. Y ese es el tipo de relación que experimento desde hace más de dos décadas.

2. Observar qué emociones se generan ahí.

¿Qué pasa cuando alguien contradice eso que yo creo verdadero? ¿Soy capaz de soltar las ganas de tener la razón? ¿Me altero o mantengo la calma?

De las emociones, la más dañina es el miedo, del que se desprenden todas las emociones negativas.

¿Cómo influyen en tu vida los miedos y las respuestas de protección? ¿Cuáles son los miedos que impiden tu crecimiento? ¿De dónde salen esos miedos? ¿Son reales? ¿Te ayudan a llevar una vida plena? ¿Cómo te sacas esos miedos?

O creces o te proteges. O intercambias con libertad o cierras por completo el sistema.
 
La protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida. Inhibe la respuesta inmune, disminuye la capacidad de pensar con claridad, disminuye la consciencia y la inteligencia.
 
El miedo mata, paraliza. Cuando estás asustado te vuelves más tonto. —Dr. Bruce Lipton.

3. Descubrir qué patrones repetitivos se producen de manera automática o refleja (subconsciente).

¿Qué hábitos tienes? ¿Qué te hace saltar o salir de tu centro? ¿Te ves diciendo o haciendo lo mismo que tu padre/madre/abuelo/a?

La mente subconsciente es un disco duro programable. Los programas son en su mayoría comportamientos grabados de estímulo-respuesta. Los estímulos que desencadenan dichos comportamientos pueden ser señales que el sistema nervioso detecta del mundo exterior o señales procedentes del organismo (emociones, placer, dolor). Procesa alrededor de veinte millones de estímulos por segundo (frente a los cuarenta que procesa la mente consciente). —Dr. Bruce Lipton.

4. Sentir la debilidad o fortaleza de los músculos ante un pensamiento o circunstancia.

Todo es información. Solo hay que entrenarse para comprender sin interferencias. Rob Williams desarrolló un método (PSYCH-K) fácil y efectivo para detectar si hay conflicto entre la intención consciente y la programación subconsciente. Te dejo más información al final del artículo.

Cuando la mente consciente alberga un pensamiento que entra en conflicto con una realidad aprendida antes y almacenada en la mente subconsciente, el conflicto intelectual se expresa mediante la debilidad de los músculos del cuerpo. —Rob Williams, creador de PSYCH-K, un sistema de tratamiento fisiológico basado en la energía.

5. Ante un autosaboteo (debido a una creencia subconsciente)

En lugar de culparnos por sabotearnos, nos podemos preguntar: ¿qué emoción se mueve? ¿qué creencia se esconde aquí? ¿cómo se originó? ¿qué puedo hacer para cambiar?

Por ejemplo, la falta de merecimiento es un obstáculo para manifestar lo que queremos.

Además de identificar las creencias limitantes, podemos desarrollar la autoobservación o autoconsciencia que nos ayudarán a modificarlas.

Si algo que quieres cambiar se repite es porque aún no has llegado a la causa. Hay que limpiar de raíz el origen de la creencia.

Autoconsciencia: observar, sentir sin juzgar

La autoconsciencia es el modo de atención plena en el momento presente. Puede observar, evaluar y reprogramar los comportamientos, pensamientos, emociones e ideas. Puede decidir cómo reaccionar o no a la mayor parte de las señales del entorno.

La mente consciente (que hace parte de la consciencia) tiene acceso a la mayor parte de los datos almacenados en nuestro banco de memoria a largo plazo.

La capacidad de la consciencia de identificar y obviar la programación de las creencias subconscientes es la base del libre albedrío. Es la llave de la libertad.

Podemos elegir el filtro con el que vemos la vida para que nos ayude o perjudique, para sentir amor y alegría o miedo y tristeza. Tenemos elección.

La consciencia es creativa de manera espontánea. Puede examinar comportamientos, puede intervenir y crear una nueva respuesta. Nos confiere libre albedrío, lo que significa que NO somos víctimas de nuestra programación.

La programación subconsciente toma las riendas cuando el consciente se descuida.

La consciencia puede adelantarse o retroceder en el tiempo, mientras que el subconsciente solo opera en el ahora.

Una vez que somos conscientes de que somos responsables de lo que pasa en nuestra vida podemos cambiar y ampliar nuestro estado de consciencia.

Para prosperar debemos neutralizar los agentes estresantes y buscar de modo activo la alegría, el amor, la paz, que son elementos de un estado de consciencia más amplio.

Y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen el proceso de crecimiento. El mejor promotor de crecimiento es el amor (libre e incondicional). Por favor, el amor es algo muy distinto al apego, el deseo, el enamoramiento, la dependencia, etc. Si te duele y te hace daño, es no es amor.

Podemos elegir nuevas formas de percibir el entorno y cambiar la trayectoria de nuestra vida, modificando las creencias.

Es posible.

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Referencias

La biología de la creencia, la liberación del poder de la conciencia, la materia y los milagros. The Biology of belief. Unleashing the Power of Consciousness, Matter and Miracles. Dr. Bruce H. Lipton. Traducción: Concepción Ramírez G. Ed. Palmyra. Madrid, 2007.

PSYCH-K change your subconscious beliefs in minutes. Future Trader Trading Journal. Youtube, 25-abr-2017. (Demostración en vivo del método de Rob Williams).

Autoconocimiento: escucha tu cuerpo y tus emociones

Escucha tu cuerpo

Acuarela, N.M. Parga

Nuestro cuerpo nos permite encarnar la vida; la hace visible, tangible, vibrante. No tenemos una vida, somos vida expresada a través del cuerpo.

Y la sabiduría de la vida le da a nuestros cuerpos mamíferos la capacidad de sanarse y regenerarse en todos los planos.

Además, estamos diseñados para el gozo. El dolor es una señal de aviso. Por eso, hoy quiero recordarte el maravilloso poder que tenemos dentro.

Autoconocimiento: escucha tu cuerpo

El cuerpo nos habla a través de sonidos, movimientos, dolores, placeres, pálpitos, corazonadas, retortijones, punzadas, vibraciones, calores, fríos, temblores, sarpullidos, etc. Nos abre o nos cierra. Y si no le escuchamos, si no gestionamos nuestras emociones, se enferma.

Esa enfermedad es un mensaje que debe ser atendido no un enemigo contra quien luchar.

Volver a sentir con atención plena es la clave para conectarnos con nuestro cuerpo e identificar las sensaciones corporales de las emociones.

Por ejemplo, con el enfado y la excitación sentimos calor, la cara enrojece y se acelera el corazón. La tristeza da frío, duele y hace que caigan las facciones. Temblamos de miedo o de deseo. La timidez y la vergüenza empequeñecen. El terror paraliza y nos deja sin aire. La ansiedad presiona el pecho, da mareo y ganas de comer sin hambre. La seguridad abre el tórax y nos agranda. El enamoramiento da la sensación de caminar sin tocar el suelo y nos hace suspirar. La atracción produce mariposas en el estómago, afloja las rodillas y nos convierte en flan. La gratitud es un bálsamo que relaja los músculos del cuerpo, agranda los ojos y alarga los labios en una sonrisa.

¿Qué sientes tú? ¿Qué es ese pinchazo bajo el esternón? ¿Por qué se te revuelven las tripas? ¿Qué emoción hay detrás de un dolor? ¿Y ese sudor frío en la nuca?¿Qué te produce tortícolis? y esas ganas de abrazar a todo el mundo… ¿lo has sentido?

Y el deseo, ¿qué despierta tu deseo? ¿Te abruma lo que sientes? ¿Prefieres no sentir nada a sentir demasiado? ¿Te permites sentir placer? ¿Qué te produce satisfacción?

Y, ¿cómo te sienta lo que haces? ¿Cómo reacciona tu cuerpo con tu diálogo interno? ¿Te has dado cuenta de cuáles son los pensamientos que te incomodan o molestan? ¿Cómo puedes cambiar tu punto de vista para que tu diálogo interior sea más amoroso contigo mismo/a?

Siéntete. Te lo mereces. Toma un tiempo cada día para estar contigo y mirar hacia adentro, lejos de tantos estímulos externos. Poco a poco irás expandiendo tu consciencia y tu conocimiento propio.

Un truco: RESPIRA PROFUNDO. Prestar atención a la respiración es la mejor herramienta para conectar con el cuerpo y es la base de la meditación.

Identifica tus creencias y patrones para desencajar

Nuestra familia nos transmite de manera consciente e inconsciente lo que está permitido y lo que no. Hay alianzas, hay que ejercer un rol y cumplir mandatos (flexibles y rígidos, explícitos o tácitos) o no hacerlo. Con castigos y recompensas aprendemos a encajar.

La sociedad nos condiciona con ideales, nociones y etiquetas que nos califican de válidos y aceptados o de rechazados y excluidos.  Y todo lo que no queremos ser va a nuestra sombra. Esa sombra se refleja en el espejo que nos muestran las personas a nuestro alrededor.

Así que cargamos con un montón de creencias, patrones y prejuicios que pesan y atan. Estos afectan nuestra relación con nosotros mismos y con los demás. Además, se relacionan con nuestra escala de valores. Por eso te invito a escribir la lista de tus creencias y a reflexionar cómo te están limitando o potenciando. Si no sabes cuáles son, aquí comparto algunos ejemplos relacionados con la sexualidad:

«Los hombres no lloran». Los hombres sí lloran y son capaces de expresar sus emociones.

«Las mujeres no se masturban». Las mujeres sí se masturban. El autotoque amoroso es la base del autoconocimiento físico.

«Parirás con dolor». Parirás con placer. En cuclillas y en el agua, acompañada por una matrona experta, por ejemplo.

«La menstruación duele». Cuando conozco y respeto mi ciclo menstrual siento los cambios de mi cuerpo y de mis emociones en cada fase sin dolor.

«La sangre menstrual da asco, es un deshecho». La sangre menstrual tiene células madre, fertiliza la tierra y regenera la piel y los tejidos.

«Los genitales huelen mal». Cada cuerpo tiene su olor propio que depende de varios factores, entre ellos, la alimentación.

Terapia Sexitiva, de Sergio Fosela, nos enseña que los miedos a mostrar nuestra sexualidad, nuestro placer y nuestra excitación tal y como la sentimos, provoca un olor característico a ocre (puede confundirse con el olor a pescado).

Recuerda que para cambiar patrones y creencias hay que potenciar el verdadero ser. Eso es amor propio, autoconocimiento y lealtad a ti. ¿Qué estás tolerando, soportando o permitiendo en tu vida por encajar? ¿Quieres salirte de ese molde?

Abraza tus emociones para crear realidad

Las emociones son energía en movimiento y viven dentro de nosotros el tiempo que se lo permitamos. Algo externo (un olor, una palabra, un gesto) puede detonar una emoción dentro nuestro y es nuestra responsabilidad identificarla, gestionarla y transformarla para crear realidad. Quien logra hacerse cargo de sus emociones está haciendo un gran trabajo para sí y para quienes le rodean.

El cuerpo tiene su propia sabiduría. La sabiduría de cada célula del corazón y de las tripas, nuestra intuición, es más rápida que la razón. Son nuestras emociones las que nos llevan a tomar decisiones en milésimas de segundo. Por eso es tan importante mirar hacia adentro y abrazar nuestras emociones.

Todas las emociones son necesarias y nos hacen humanos. De todas podemos aprender. Tal vez nos enseñaron a no llorar, a tragarnos el enfado, a callar. Eso es represión y enferma. Por algún lado tienen que salir todas esas emociones que han sido censuradas.

Huir de lo que sentimos no es la solución. Comer sin hambre y distraerse son las formas de huída y de consumo más usadas. Refugiarse en la comida, irse de compras, ver una película o la televisión es mucho más fácil que enfrentar ese malestar interno e intentar llegar a la causa.

¿Qué nutre mi malestar? ¿Cómo lo estoy alimentando para que siga vivo?

Si no lo has hecho aún, es hora de abrazar tu tristeza y más que llorar, llover. Sácala de ti en un espacio seguro. Abrázala y abrázate hasta la última gota. Permite que tu niño/a interior se exprese sin juzgar y en paz. Y recuerda que volverá a aparecer, como la lluvia. Y las lágrimas, como la lluvia, limpian.

Es hora de mirar a la cara a tu enfado y arder hasta que se consuma. Siente ese calor que te quema por dentro y respira. Escríbelo, desahógate y quémalo. Ese fuego te dice quién eres y cómo quieres vivir. Es una luz en el camino que te indica la dirección a seguir.

Escucha tu voz. La interna, que es la intuición y la externa que vibra y hace eco en el mundo. El sonido es creación. ¿Qué estás creando con tus palabras? ¿Qué persona quieres ser? Si sigues actuando como lo estás haciendo, ¿vas a convertirte en esa persona?

Acuarela: Eres un bosque, N.M. Parga

Escúchame bien, tu cuerpo no es un templo. Los templos pueden ser destruidos y profanados. Tu cuerpo es un bosque con árboles de robustas copas, dulces y perfumadas flores silvestres brotando por entre la madera. Tú volverás a crecer de nuevo, una y otra vez. No importa cuantas veces te hayan devastado. @arboloba

 

De corazón a corazón te pido: vuelve a ti. Escúchate. Conócete. Ámate.

Por favor comparte consciencia. ¡Muchas gracias!

Referencias:

Thich Nhat Hanh, Prendre soin de l’enfant intérieur. Reconciliation. Healing the inner child. Ed. Pocket, 2014.

N.M. Parga, Adiós, niña buena, Amazon, 2018.