Un hermoso regalo comparto aquí

manoscerebroMúltiples obsequios
en un hermoso regalo recibí.
Los miedos que me nublaban
desaparecen y tienen fin.

Ya no temo a la muerte.
Sé que dejar el cuerpo no es morir
sino el inicio de una nueva vida.
Libre, feliz, expansiva.

Si antes callaba y sonreía,
ahora digo, con respeto, lo que pienso.
Expreso quien soy, lo que siento.
Ya no temo al rechazo ni al error.

Tampoco temo al inevitable dolor, 
mensajero de la transformación. 
Porque todo lo que empieza acaba. 
Y sé que el sufrimiento es opcional.

Bajo el empaque de un shock casi mortal 
me encontré con la gratitud, el amor,
el perdón y la felicidad.
Sentí el júbilo de la libertad.

En el pozo profundo de la depresión,
aprendí a ver en la oscuridad.
Ahora cierro los ojos y me dejo guiar por la intuición. 
Siento la divinidad.

Sé que puedo afrontar las dificultades 
y de ellas aprender lecciones.
Sé que puedo hundirme en un mar de tristeza
y nadar hasta la orilla de la paz.

Sé que el mundo caótico
es un reflejo que podemos cambiar.
Ten esperanza. 
Todo pasa por una razón.
Aunque no lo veas, en todas partes vibra el amor.
 
Regresé al origen y volví 
para dar testimonio consciente 
del gozo de existir.
Para pedirte que más allá del miedo, 
te atrevas a ir.

Sobrevivir al ictus fue un hermoso regalo y por eso escribo y comparto aquí.