Ligera y profunda molestia o un dolor intermitente y sordo. Son la advertencia de una trampa: una ruptura invisible. El corazón es capaz de ver la herida que el amor sana. Gracias a la empatía de gente solidaria. Esa que da la mano, escucha y ama. Pero el mundo grita: corre, compite y consume, que la vida es una carrera y hay que luchar. Mientras la naturaleza susurra: para, observa y siente. ¿A quién decides escuchar? Fríos, como la muerte, nos deja la indiferencia. La incomunicación nos enferma. ¡Con lo fácil que es dar un abrazo, mirarse a los ojos y conversar! ¡Ven y abrázame! Que en tus brazos no siento dolor. Déjame abrazarte. Que un poderoso calmante es mi amor. Unidos en la calidez de un nosotros, en la cercanía de tu corazón y el mío. Mecidos por nuestros latidos al unísono, en la gloria de una madre que arrulla a su hijo. Detengámonos a observarnos, a sentirnos. Relajados y muy vivos. Verás que a punta de abrazos también se suturan el alma y los tejidos. Ven y abrázame en Youtube.
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