Hay recuerdos que son puñaladas,
cargados de sensaciones, nos retornan al infierno.
Una prisión de sufrimiento de la que podemos salir,
si queremos ver que la vía es hacia dentro.
Dentro está la causa, la pregunta y la respuesta.
Dentro está la llave que abre ventanas y puertas.
Dentro ves tu vida como una película
de la que escoges recordar o no ciertas escenas.
Y son esas escenas las que te hacen sufrir o reír.
y son esas escenas las que te hacen vivir o morir.
Escenas cortantes de palabras y miradas gélidas,
que te rompen el corazón o el ego,
que te hacen perder tu coordenada en el universo.
Y aunque aprendiste que no puedes cambiar el pasado,
tú tienes el poder de editar tus recuerdos:
bájale el volumen, reduce su tamaño, quítale el color y el peso.
Juega, porque tú puedes liberarte y manifestar tus sueños.
Y cuando la brisa traiga un olor conocido,
cuando alguien por error apriete tus gatillos,
cuando la herida se abra entre colegas o amigos,
recuerda que tuyo es el poder de lo vivido.
Cuando el rencor te amargue la boca,
cuando el dolor te pare y te encoja,
cuando la tristeza en mil pedazos te rompa,
abrázate con amor, que el amor todo lo transforma.
También te doy otra pista:
En la historia que te cuentas eres más que protagonista.
Cocreas, editas e incluso eres artista.
Así que usa tu imaginación, cambia el guion,
y con amor mejora tu vida.
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