Claves para escuchar y calmar el dolor

Hay dolores que nos sacuden y nos espabilan. Hay dolores que no empiezan en nosotros. Vienen de lejos, como un eco que se hereda de generación en generación a través de las cadenas de ADN.

Guerras, pobreza, abusos, hambrunas, pérdidas, desalojos, exilios, injusticias, secretos, traiciones, abandonos, incendios, inundaciones, amputaciones, etc., quedan grabados en la memoria colectiva y modifican la biología, en especial, afectan al sistema nervioso.

Hasta que un día alguien valiente se detiene. No para juzgar ni para vengar. Sino para sentir, para mirar el dolor a la cara y decir: «Ya ha sido suficiente».

Alguien decide dar amor donde hubo heridas. Decide ofrecer ternura y luz donde hubo sufrimiento y sombra. Decide cortar con ataduras invisibles, soltar y sanar.

Porque sanar no es olvidar. Sanar es honrar el amor verdadero y elegir un camino donde la violencia no tenga herederos. Hoy celebro a quienes se animan a sanar la historia, aunque tiemble el corazón a hacerlo. Porque su coraje es un regalo, no solo para ellos, sino para todos los que vendrán después. —Yesse Frecuencia.

Sanar es habitar el cuerpo con amor, presencia y descanso. Sanar no es silenciar el dolor sino escuchar los mensajes que tiene para nosotros. Porque todos hemos sentido dolor.  

Y como hablo desde mi experiencia, aquí comparto parte de mi proceso por si puede darte algunas ideas.

Nota: Si te duele algo, lo mejor es ir al médico.

¿Estamos somatizando?

Somatizamos cuando, de manera involuntaria, manifestamos temas emocionales o psicológicos o situaciones estresantes a través de síntomas físicos (dolor, malestar, cansancio, enfermedades, etc.), sin que exista una causa médica clara.

A veces, ese dolor emocional desatendido produce dolor físico (somatiza) y así nos hace prestar atención al cuerpo.

La mente y el subconsciente nos hablan a través del cuerpo e influyen en él. Esta puede ser una comunicación de doble vía. Al escuchar, cuidar y trabajar en el cuerpo, al atender el origen del malestar, enviamos señales de que todo está bien y podemos revertir la situación, sanar.

Yo somatizo mucho y he comprobado en mi cuerpo que sí se puede restaurar e incluso llegar a sentir mayor bienestar. Algunas recuperaciones son rápidas; otras, tardan más.

 

Podemos cambiar la programación

Estamos programados para sentir dolor como una señal de protección. Por ejemplo, quienes no sienten dolor, debido a fallos del sistema nervioso, pueden mutilarse y quemarse sin sentir nada.

Cuando estamos ocupados o distraídos, nos golpeamos y no nos damos cuenta. Esto indica que prestar atención intensifica el dolor. El dolor necesita nuestra atención.

Heredamos programaciones, miedos y duelos que se manifiestan como hipervigilancia, desconexión, ansiedad, perfiles hormonales alterados, patrones alimentarios modificados, problemas de salud sin causa aparente, excesos que dan origen a trastornos, pensamientos obsesivos, etc.

La buena noticia es que podemos transformar la programación ya que los cambios epigenéticos no son permanentes. ¿Cómo? Con terapia, con nuevos hábitos y ampliando el estado de consciencia.

 

Identificar el dolor

Hay dolores que alertan y otros que anclan. Unos pasan rápido; otros, se intensifican. En mi caso, los dolores más fuertes que he sentido han sido los producidos por la hemorragia cerebral que tuve en el 2012 y por las contracciones y la episiotomía del primer parto en el 2005.

Ante semejante intensidad, al comienzo ignoré el dolor lumbar que empezó hace unos tres años. No le di importancia hasta que se intensificó y se combinó con dolor en el nervio ciático a finales del 2024. Me dolía cada paso que daba y a mí me encanta caminar. Entonces, saltaron todas las alarmas. Durante el proceso, el dolor me ha hecho descubrir aspectos de mí que desconocía y hacerme muchas preguntas:

¿Qué me dice este dolor? ¿Qué causa el dolor? ¿Con qué se relaciona (emociones, eventos, memorias, programación)? ¿A qué me recuerda? ¿Cómo funciona el dolor? ¿Qué alimenta? ¿De qué depende su intensidad/umbral? ¿El cerebro activa el dolor? ¿Prestar atención al dolor lo intensifica? ¿Qué creencias tengo acerca del dolor? ¿Por qué me duele? ¿He normalizado el dolor? ¿Cómo calmo este dolor?

Descubrí que el dolor puede iluminar algo a atender. Puede hacernos recordar quiénes somos y qué cargamos de tiempos remotos. Es un mensaje a través del cuerpo que sacude y espabila: mi salud está en mis manos.

Entonces, dejé de ignorarlo y me hice responsable de mi dolor. Fui al médico funcional, al traumatólogo, a fisioterapia, a shiatsu. Consulté durante meses con una psicóloga holística que tiene una percepción bastante amplia para observar este dolor desde otra perspectiva más sutil.

Biodescodificación

También, revisé el significado de ese dolor según la biodescodificación. La lumbalgia se relaciona con preocupación por el dinero o el futuro. Muchas veces refleja miedos relacionados con el sustento, el hogar, la seguridad económica y la estabilidad. Invita a confiar en la propia capacidad para sostenerse. La ciática con irradiación a la pierna refleja un conflicto entre lo que haces y lo que deseas porque no te estás moviendo hacia donde tu alma quiere. Invita a escucharse y a avanzar desde la propia verdad.

¿Qué estaba sucediendo en mi vida? Resulta que más o menos al mismo tiempo que apareció el dolor, hace tres años, compramos una casa a reformar. Llevamos tres años en trámites, permisos, licencias y cambios para hacer realidad un sueño que cuesta dinero y está relacionado con el hogar, el sustento y la estabilidad.

Entonces, puse en práctica lo siguiente:

Claves para escuchar y calmar el dolor

  1. ¿Estoy haciendo o pensando en algo que me está lastimando? Dejé de alzar pesas durante un mes, descansé y dejé de hacer movimientos que tiran de la espalda baja. Me había lastimado con unos ejercicios que hacía por mi cuenta.

 

  1. ¿Hay alguna postura con respecto a algún tema que me esté afectando? Presté atención a la posición de mi cuerpo de pie, sentada frente al ordenador y acostada. Resulta que mi postura física causaba parte del dolor lumbar.

 

  1. ¿Me estoy moviendo con soltura o con rigidez? El movimiento es muy importante: caminar, bailar, nadar, masajear y estirar con cariño. También probé la técnica Munz floor en la que todos los estiramientos y contorsiones se hacen acostados en el suelo. La desarrolló un bailarín francés que tenía problemas de columna y dolor crónico.

El 80 % de los dolores músculo-esqueléticos mejoran con ejercicio adecuado.

 

  1. ¿Me estoy nutriendo adecuadamente? Comencé a tomar suplementos de magnesio, potasio, fósforo, zinc, hierro. Y en momentos puntuales para dormir mejor: Ashwagandha y Traumel.

 

  1. ¿Estirar y masajear es suficiente o hay que enviar señales positivas al sistema nervioso? En mi caso, fue necesario calmar el sistema nervioso con respiraciones lentas y profundas durante la práctica de algunas posturas de relajación muscular progresiva que vi en Pain Academy y que me sirvieron mucho.

 

  1. ¿Hay alguna forma natural para disminuir el dolor? Decidí reírme más. La risa y el buen humor reducen el dolor y retroalimentan al cuerpo y a la mente con señales de bienestar.

 

  1. También le di las gracias a mi cuerpo por esta experiencia de vida y al dolor por invitarme a conocerme mejor y a superar bloqueos.

 

  1. ¿Cómo llego al origen del dolor? Entender el origen es clave para sanar. Seguí con el trabajo interior de autoconocimiento y limpieza de capas y de emociones estancadas, utilizando la meditación y la autoobservación como herramientas.

 

  1. Tuve paciencia y solté.

 

El arte sana

*Mi dolor lumbar, arteterapia

Además, en clase de arteterapia expresé y dibujé mi dolor en un trozo de tela porque fue lo que vi y sentí durante una meditación en la que quise conectar con el origen del mismo. ¿Qué vi? Vi a una mujer en Egipto hace muchos siglos. Alguien le daba una patada por la espalda y caía a una fosa llena de serpientes. Vi a un humanoide con cabeza de perro con el que ella había firmado un contrato. Vi un planeta precioso que aceptó ser engullido por la oscuridad y sentí mucho pesar.

Y por supuesto, escribí sobre el dolor. Un ejemplo es este artículo. La terapia narrativa me ayudó a identificar y a cambiar creencias limitantes, como la de normalizar el dolor. Escribir también me facilitó reconocer que sí estaba avanzando por etapas y a mi ritmo: con amor a mí.

El arte sana. Expresar en palabras o en imágenes lo que siento es liberador.

Y,  después de probar y hacer, ¿sabes qué paso? Que el dolor desapareció por etapas y ya no siento dolor. Lo que te cuento aquí, me funcionó a mí. Te invito a comprobar qué te funciona a ti. Y recuerda:

 

No duele para que sufras. Duele para que cambies, para que quites lo que te impide crecer.

 

A «mayor grado de consciencia», menor dolor

En un estado de consciencia básico, el dolor nos protege y es inevitable. Sin embargo, la necesidad de protección nace del miedo que en términos energéticos tiene una frecuencia densa, lenta y baja.

En un estado de consciencia más amplio, el dolor es una herramienta opcional para observarnos, para conocernos, para saber por qué duele y crecer a partir de él. Es un aliciente para meditar, para conectar con lo más profundo de nuestro ser.

Con un alto estado de consciencia, entendemos que no necesitamos el dolor para protegernos porque podemos recibir la información de que algo no está bien sin necesidad de que duela. Somos capaces de comunicarnos con la inteligencia de nuestro cuerpo. —Loni Multidimensional.

Con una percepción amplia, nos conocemos, nos escuchamos, hablamos con nuestro cuerpo. Sabemos que todo se mueve con la intención: «No acepto esta programación de dolor. Conecto con la información sin dolor».

Conocernos implica identificar cómo conectamos mejor con la información. Algunas personas necesitan estar en movimiento; otras, descansar. Algunas, hacen preguntas; otras, prefieren sentir y estar en silencio.

¿Cuál es tu experiencia con el dolor?

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Arteterapia: ¿qué es y cuáles son sus beneficios?

Referencias:

Pain Academy

Munz Floor

15 miradas a la salud emocional

Luego de varios meses de trabajo y coordinación grupal, sale a la venta —en España— un libro coral: 15 miradas a la salud emocional, editado por Almuzara (Arco Press). Será el séptimo de la colección 15 miradas.

Somos quince autores en este proyecto colectivo que ha fluido como el agua. Gracias a la invitación de Marian Ruiz Garrido, autora y correctora, escribí el último capítulo titulado: Un ictus para cuidarnos mejor.

15 miradas a la salud emocional, portada completa

¿De qué va el libro?

«Este libro tiene un transformador objetivo: ayudarte a fortalecer la relación más importante de todas; la que tienes contigo mismo.

¿Qué mensajes nos envían nuestras emociones? ¿Es el sufrimiento una causa de enfermedad? ¿Cuál es el significado real del amor propio? ¿Qué impacto tiene la calidad de nuestras relaciones con los demás en nuestra satisfacción? ¿Podemos convertir el cuidado de la salud mental en un hábito? ¿Existe una educación para la felicidad? ¿Cómo gestionar los sentimientos negativos ante situaciones adversas?

15 autores revelación para 15 sorprendentes y sugerentes relatos que exploran la importancia de la salud mental para disfrutar de una vida plena y satisfactoria. Experiencias reales, testimonios inspiradores, confesiones íntimas, narraciones divulgativas y útiles consejos que te acercarán a una comprensión más profunda de ti mismo y de los demás.

Disfruta de una lectura ágil a través de capítulos breves y directos, con los que descubrirás que la felicidad no es un destino, sino una decisión: la de vivir en un proceso constante de adaptación, aceptación y gratitud.

¡Desafía los límites autoimpuestos, deja atrás las excusas y descubre el poder sanador del bienestar emocional!»

Esperamos que te animes a leerlo porque tu salud física y emocional está en tus manos.

Disponible en la web de la editorial Almuzara.

Otros libros de N.M. Parga:

El gozo de existir, la felicidad tras superar mobbing e ictus

Adiós, niña buena. ¿Cómo surge la idea de esta novela?

Método SPEC para manifestar lo que quieras

Helene Hadsell, pionera de la manifestación, (1-jun-1924, 30-oct-2010), fue una estadounidense que recibió el título de «reina del concurso» (the contest queen), al ganar miles de premios en dos décadas. Ella creó el método SPEC para manifestar lo que quieras.

Todo empezó en 1948, cuando Helen leyó El poder del pensamiento positivo de Norman Vincent Peale. A partir de ese momento, decidió practicar una idea que le fascinó: «los pensamientos crean resultados» para conseguir todo aquello que ella y su familia desearan. Helen creía que «la mente crea la realidad», esta creencia cambió su vida para siempre.

Primero, se presentó a un concurso de eslóganes para una marca de refrescos que regalaba un motor de fuera de borda. Para ello, visualizó a su marido disfrutando del barco, ya que a él le gustaba pescar los fines de semana. Escribió las 25 palabras solicitadas, las mandó por correo y se preguntó: ¿cuánto tardarán en decirnos que hemos ganado? Dos semanas después, recibió la llamada de confirmación.

Helen quería pruebas de que su método funcionaba. Se presentó a muchos concursos y entre 1950 y 1970, Helen ganó miles de premios: televisores, muebles, bicicletas, dinero, vacaciones e incluso una casa.

A partir de 1967, Helene participó en seminarios de control mental y actividades sobre habilidades psíquicas y mentales. En 1971 escribió un libro titulado: El concurso ¿Lo quieres? Lo tienes, (Contesting: The Name It and Claim It Game). En él revelaba cómo ganaba los concursos.

En 1972, Helene comenzó a trabajar con José Silva, el creador del método Silva. Ella se convirtió en maestra del método y contacto para el seminario en Dallas. A partir de 1973, también impartió clases sobre telepatía, clarividencia y sanación psíquica. En el 2002, Helene publicó un libro titulado En contacto con otros reinos: experiencias de un aventurero en la consciencia, (In Contact With Other Realms: An Adventurer’s Experiences in Awareness).

No solo se centró en los concursos. Helene creía que su sistema funcionaba para todo en la vida y lo aplicaba a su salud. Afirmaba que curaba enfermedades visualizando su cuerpo sano. Ella creía que la mente no era sólo una herramienta para el éxito, sino para la curación. Más que afortunada, Helen tenía un sistema para conseguir sus objetivos.

Método SPEC para manifestar lo que quieras

Su sistema se basa en la claridad, la disciplina y la alineación. El mensaje de Helene es sencillo: «No necesitas suerte. Necesitas concentración». La atención dispersa te hace fracasar.

  1. Seleccionar:

Ten muy claro lo que quieres. Helen elegía los concursos que deseaba ganar.

Puedes tener todo lo que quieras, ¡siempre y cuando sepas lo que quieres!

  1. Proyectar:

Crea un escenario y visualiza vívidamente tu éxito en tu mente con todos tus sentidos. Por ejemplo, oye cuando dicen tu nombre, sostén el premio en tus manos, experimenta la emoción de ganar eso que querías.

¿Quieres un coche? Visualiza su color, su forma, siente su olor y las sensaciones que te produce conducirlo, escucha el ruido del motor. Así estás poniendo tu energía en lo que deseas.

  1. Esperar:

Helene creía que había que prever el éxito con confianza y creer que lo proyectado ya es tuyo. Aquí es dónde la mayoría de la gente falla porque la duda bloquea la manifestación. En cambio, la certeza con una actitud de gratitud abre la puerta.

Las cosas mejoran cuando esperas lo mejor en lugar de lo peor. La razón es que, estando libre de dudas, puedes poner todo tu ser en ello. Cuando la concentración total de toda tu fuerza física, emocional y espiritual se pone en práctica, la consolidación de estos poderes empleados de la manera adecuada es irresistible. Esperar lo mejor significa que pones todo tu corazón en lo que quieres lograr. —Norman Vincent Peale.

  1. Cobrar, recolectar:

Helene estaba atenta a las señales que la llevaban a su objetivo y pasaba a la acción. Escribía las consignas, lanzaba los mensajes, hacía el trabajo. Ella creía que «el universo recompensa la acción, no la fantasía» y «con una perspectiva de pensamiento positivo, no puede haber fallos, solo un retraso en los resultados.»

La neurociencia confirma lo que Helene practicaba:

  • La visualización reconfigura el cerebro.
  • Los pensamientos y las emociones crean vías neuronales.
  • La concentración aumenta la capacidad para resolver problemas.

La realidad es creada por la mente. Podemos cambiar nuestra realidad, cambiando nuestra mente. Platón (Reality is created by the mind. We can change oir reality by changing our mind. —Plato

¿Qué te parece este método? ¿Has probado algo parecido?

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El poder de la intención

La risa y sus virtudes terapéuticas

La risa y sus virtudes terapéticas El estado de ánimo influye en el funcionamiento de las células. El buen humor, la alegría, la risa nos mantienen saludables y nos conectan con los demás.

La risa, aún siendo fingida, cambia la química del cuerpo, en otras palabras, eleva la frecuencia vibratoria. Además: ¡reír es gratis y libre de efectos secundarios!

Esbocé una sonrisa a medio camino de todas partes, parecía la media sonrisa del desánimo y la abdicación, cuando sólo era esa media sonrisa que es a la curación del alma lo que el dolor terapéutico a la mejoría definitiva. —Andrés Trapiello, Apenas sensitivo.

La risa y sus virtudes terapéuticas

La risa y el buen humor tienen múltiples beneficios para la salud física y mental. Por ejemplo: calman el dolor, liberan endorfinas y serotoninas, producen mayor oxigenación, fortalecen el sistema inmune, mejoran la memoria y la capacidad para resolver problemas, facilitan la digestión y reducen el estreñimiento.

También, diluyen el miedo, reducen el estrés y la tensión; facilitan la conexión profunda con otras personas y la aceptación de similitudes y diferencias; nos ayudan a ver las cosas desde un ángulo diferente; nos permiten soltar preocupaciones y angustias; potencian la creatividad y la flexibilidad; elevan la vibración (aligeran lo pesado) y amplían el estado de consciencia.

Norman Cousins: «la risa es la medicina más barata y efectiva»

La risa es una fuerza curativa que puede transformar nuestras vidas. Es la medicina más barata y más efectiva del mundo. Es un refugio seguro en tiempos de adversidad, nos da fuerza para seguir adelante. —Norman Cousins.

Norman Cousins fue un periodista y profesor estadounidense, autor de varios libros. Uno de sus libros más conocidos es Anatomía de una enfermedad, en el que cuenta cómo curó su espondilitis anquilosante gracias a la risa.

Ante el diagnóstico de una enfermedad degenerativa y mortal, Norman se preguntó: «Si los estados de ánimo negativos influyen químicamente para acelerar las enfermedades, ¿pueden los estados de ánimo positivos retrasarlas?».

Norman había investigado sobre la influencia de las emociones en la salud y le propuso a su médico dejar de tomar los medicamentos, tomar solo vitamina C, y seguir monitorizando para valorar si los efectos de la risa eran positivos.

Durante este tratamiento experimental, Norman vió varias películas cómicas, vídeos y espectáculos de humor al día y descubrió que reírse le ayudaba a dormir un par de horas sin dolores. También, pidió que le leyeran libros de chistes y a punta de risas y carcajadas recuperó la movilidad, logró girar el cuello 90 grados, disminuyó el dolor y volvió a hacer una vida normal.

Al recuperarse, Norman fundó la Clínica de la Risa, en donde miden el impacto de la terapia de la risa en el sistema inmunológico y neuroendocrino. Los estudios realizados demuestran que la risa tiene efectos significativos sobre dos hormonas: las betaendorfinas, que son sustancias químicas que elevan el estado de ánimo y la hormona del crecimiento humano, que contribuye a mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico.

El humor es un ingrediente esencial en la vida, nos facilita encontrar equilibrio y perspectiva. El humor es el salvavidas de la humanidad, nos ayuda a mantenernos a flote en tiempos difíciles. El sentido del humor nos permite enfrentar los desafíos de la vida con valentía y optimismo. El humor es una forma de creatividad, nos invita a ser más flexibles en nuestra forma de pensar. —Norman Cousins.

El yoga de la risa, Dr. Madan Kataria

En 1995, el Dr. Madan Kataria creó el yoga de la risa, una práctica meditativa sin fines de lucro que incluye ejercicios de respiración y risa. El Dr. Kataria abrió el primer club de la risa en Bombay, India. Ahora existen cientos de clubes en distintos países y sus libros sobre el yoga de la risa se han traducido a varios idiomas.

El cuerpo no distingue la risa verdadera de la falsa, por lo que reírse sin razón puede mejorar la vida. El yoga de la risa produce los mismos beneficios físicos y mentales que la risa espontánea. —Dr. Kataria.

El sistema linfático funciona gracias al movimiento de los músculos, a los masajes y a la respiración diafragmática profunda, que se logra con la risa. Cuando nos reímos, la respiración se hace más profunda y el diafragma sirve de bomba para que los linfocitos B y D pasen al torrente sanguíneo, lo que mejora la inmunidad, según el Dr. Kataria.

A medida que envejecemos nos reímos menos y nuestra respiración se hace más corta y menos profunda. De ahí la importancia de respirar hondo, con atención plena cada vez que nos acordemos y mucho mejor si lo hacemos con una sonrisa.

Aquí te dejo un vídeo (en inglés: Laughter Yoga with Seniors) de algunas prácticas de yoga de la risa para personas mayores. Una amiga filósofa practica ejercicios similares con su madre y me parece un acto de amor muy hermoso.

El buen humor se entrena toda la vida, Dani Delacámara

Dani Delacámara es monologuista de El Club de la Comedia, licenciado en periodismo y arte dramático, es profesor de comedia y oratoria. Salió de una mala racha de problemas de salud gracias a su enfoque humorístico zen y a su capacidad de observar sin pelearse con lo que le sucedía. Además de eventos y funciones de teatro, en su web zencomedy.es ofrece talleres personales y empresariales para entrenar el humor, la creatividad, el hablar en público con energía, etc.

El humor no se pelea con el ego sino que juega con él, lo integra y lo transforma porque cuanto más en serio te tomas las cosas, más fuerte se hace el ego. El humor es un entrenamiento entre dos fuerzas opuestas que son dos caras de la misma moneda. El humor es dar. —Dani Delacámara en una entrevista para Salud sin dramas.

Parafraseando a Dani, podemos entrenar el humor con dos enfoques:

  1. Fortalecer todo lo que ayuda a tu alegría, a disfrutar, tu creatividad, tu paz, tu amor propio, etc. (Lo que juega a nuestro favor).
  2. Desentrenando todo lo que te hace daño, el miedo, la seriedad, la rabia, la exigencia, las pérdidas, el diálogo interno saboteador, etc. (Lo que juega en nuestra contra). Se trata de «transformar la mierda en abono» y adaptarse a los reveses de la vida con humor.

Un truco para desentrenar es identificar esos personajes que llevamos dentro y ponerles una voz caricaturesca para sacarlos. Es un juego. La idea es lograr reírnos de nuestros propios «defectos, fallos, áreas de mejora, dilemas».

3 tips para entrenar tu sentido del humor:

  1. Coge papel y lápiz, concéntrate en tu respiración lenta y profunda, y tan pronto como un pensamiento interrumpa, escríbelo y ponle un nombre al personaje. Por ejemplo, «esto no lo hiciste bien, has debido hacer esto otro.» ¿Quién habla? La/el juez.
  2. Juega con ese personaje, repite la frase en voz alta y le cambias la entonación, la velocidad y el ritmo (imitando a alguien que te de risa o con un acento de otro país) para que ese pensamiento que era serio se vuelva gracioso.
  3. Juega con la emoción. Los pensamientos generan emociones y cuando hay un patrón de pensamiento ya no lo distingues pero sí sientes la emoción. Mira hacia dentro, siente si esa emoción tiene un color, un sabor, una forma y la dejas hablar como si fuera un personaje de un dibujo animado.

Ya estoy entrenando mi buen humor como lo hizo Norman Cousin porque me encanta reírme a carcajadas. Y cada vez que me acuerdo, sonrío sin motivo. También, asistí a Risiliencia: cómo superar putadas con humor, la función que Dani hizo en diciembre de 2024 en Madrid.

Además de sonreír más, me he propuesto mejorar lo de ser más graciosa y escribir comedia.  Y a ti, ¿te gustaría empezar o ya estás entrenando tu buen humor?

Te invito a encontrar la gracia en medio del caos, a recordar que la vida es hermosa a pesar de sus desafíos, a aceptarnos y reírnos de nosotros mismos sin tomarnos tan en serio. Es liberador.

Me encantaría que compartieras en los comentarios algún testimonio tuyo relacionado con la risa y sus virtudes terapéuticas o lo que quieras.

¿Conoces o practicas algunos ejercicios para fomentar la risa, el buen humor o la respiración diafragmática?

¡Gracias!

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Referencias:

En mil palabras, episodio 116: La risa, remedio infalible con Dani Delacámara para saludsindramas.com Youtube, 9-dic-24.

Anne Igartiburu, Tres claves para aplicar humor ante los bloqueos personales. Aprendiendo con Dani Delacámara. Youtube, 20-sep-20

Dani Delacámara, comunica con el poder de tu humor, zencomedy.es 

Envidia: ¿es mejor despertarla que sentirla?

«Envidia: es mejor despertarla que sentirla», decía un antiguo anunció de champú en el que una modelo meneaba su preciosa cabellera. Y hoy escribo sobre el tema porque hace poco viví un episodio inesperado que me ha hecho reflexionar al respecto.

Detrás de la envidia puede haber problemas de autoestima, autocrítica, comparaciones, miedos, inseguridad, ansiedad, hostilidad, rabia, depresión. La envidia está condicionada por la carencia, por sentir que lo que el otro tiene o es no está al tu alcance.

La envidia es una declaración de inferioridad. — Napoleón Bonaparte / Vicente Huidobro.

Desde niña he sido objeto de la envidia, esa admiración perversa de la gente que quiere verte caer. Sufrí el desprestigio de lenguas viperinas en el colegio, acoso moral en el trabajo y encontronazos con supuestas amistades que dejaron de serlo. ¿Quién no ha tropezado con gente envidiosa en el camino?

Me costaba entenderlo porque yo casi nunca siento envidia. Aprecio, felicito y me alegro por los logros, capacidades y talentos de los demás. Disfruto y agradezco lo que tengo y lo que soy. Todos tenemos fortalezas y debilidades, ¿qué sentido tiene compararse para sentirse insuficiente?

«Al clavo que sobresale le dan un martillazo», dicen los japoneses. La paradoja es que he intentado pasar desapercibida, no destacar, ser amable con todos y aún así tropiezo con gente envidiosa que intenta hundirme en el fango denso del que ellos no logran salir y tergiversan lo que digo y hago.

Soy discreta y no alardeo de lo bien que me va en algunos aspectos a pesar de las dificultades. Amo y soy amada. Me siento afortunada y agradecida. Vivo en paz. He sentido alegría y tristeza, placer y dolor, como todo el mundo.

¿Es esto tan especial o extraordinario como para causar semejante emoción? Yo creo que no porque todos podemos lograrlo, pero hay personas que se comparan, se sienten menos de alguna forma porque no se aman a sí mismas y de ese desamor nace la envidia.

Por otro lado, ser el objeto de la animadversión y agresividad de una persona envidiosa no es agradable. Los envidiosos critican, buscan faltas donde no las hay, minimizan los éxitos en lugar de reconocer los esfuerzos, hacen comentarios dañinos, distorsionan, desean que otros no posean lo que ellos no tienen. Pueden llegar al acoso moral, a la divulgación de mentiras o descalificación en forma de insinuaciones, chismes o cotilleos para perjudicar a la persona envidiada. Incluso pueden causar daño físico.

Y ante esa baja vibra me pregunto: ¿cómo me fortalezco para que toda esa negatividad proyectada hacia mí no me afecte?

Con amor propio, autocuidado y consciencia.

Escucharse y establecer límites claros refuerza el amor propio. La dignidad, ese respeto hacia ti mismo/a, es fundamental para poner límites en nuestras relaciones.

Toda acción tiene una reacción. Toda causa tiene un efecto. He probado a ser generosa con la gente envidiosa y parece que funciona por un rato. Pero no aprecian lo que das o haces de más porque se enfocan en lo negativo y si no hay se lo inventan.

Luego vuelven a sus pensamientos rumiantes y a los mismos patrones viciosos, ya que para cambiar, necesitan trabajar en sí mismas, amarse a sí mismas. Así que termino por alejarme de la gente con la que no resueno.

En esta experiencia humana todos somos espejos de otros y a veces vemos en otros una proyección de lo que no queremos ver en nosotros mismos. Al ser conscientes de la ley del espejo, el juego de la vida humana se hace menos dramático.

Muchas veces me han puesto etiquetas que no tenían nada que ver conmigo sino con el espejo porque el juicio y la crítica hablan del que juzga. También se han enfadado porque pienso distinto y no tomo partido a favor o en contra de algo o de alguien. Para rematar, me atrevo a cuestionar el discurso oficial.

Ante el juicio y la crítica, me amo y me cuido al recordar que aunque me estén echando el agua sucia a mí, esas etiquetas son asunto de ellos. Cada uno percibe la realidad desde su estado de consciencia y por eso es que percibimos tan distinto, a menos que estemos con seres que vibren en una frecuencia parecida.

Amor propio también es hacerme responsable de atender lo que me afecta y de cuidarme a mí misma lo suficiente como para que toda esa «mala baba» me resbale. Y en ello estoy. Como parte del autocuidado, suelo recurrir a la escritura como desahogo, para aclarar mis ideas, quitarme pesos negativos y sanar en positivo. A otras personas les puede resultar mejor hacer deporte, pintar, bailar, cantar o ir al campo, por ejemplo.

Cuando vibro en amor y alegría nada de lo que hagan o digan puede afectarme. En ese estado de consciencia puedo responder con firmeza desde mi paz y no reaccionar desde el personaje que se siente atacado y herido injustamente.

Aunque suelo estar en paz y centrada, a veces me pillan fuera de base, lo admito. Entonces, por andar distraída siento una bofetada que me abre algunas viejas heridas y me recuerda el trabajo interno pendiente. Y esta toma de consciencia, aunque dolorosa, también es positiva.

La envidia, ya sea al despertarla o al sentirla, es una emoción de las tantas que hemos venido a experimentar en estos cuerpos humanos. En cualquier caso, es un mal trago que podemos remediar con amor propio, autocuidado y consciencia.

Y como me dijo una amiga: «No hagas tuyo un problema ajeno. El que siente envidia es responsable de ella. Siéntete orgullosa de ser como eres.»

Así que volemos alto, más alto que la envidia, ahí donde las palabras no pueden ofendernos ni los gestos herirnos.

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Odio, carta a las emociones

Estimado, Odio:

Por la presente le agradezco me haya tenido en cuenta pero declino su oferta de ejecutiva de ventas para su conocida y antiquísima  empresa Oscuridad_manipulaciónypropaganda.com.

Debido a mis valores, a mi ética y a las escasas veces que he sentido su veneno en mi cuerpo no tengo el perfil idóneo para cumplir con la función.

Labor que realizan con empeño y ponzoña los medios de comunicación en todos sus formatos: radio, redes sociales, periódicos, videojuegos, películas, y variados programas de televisión.

Señor Odio,  usted tiene maestría en poner a unos contra otros con cualquier excusa: pensar distinto, ser diferentes, escoger opciones opuestas, etc. Y junto con el miedo ha perpetuado la densidad del inconsciente colectivo con la culpa, la injusticia y un sinfín de atrocidades a lo largo de un repetitivo guión.

Usted ha convencido a muchos de que luchar es una gran idea. A mí no. Alguna vez caí en la trampa y sé que eso me cansa. Aunque respeto a los que luchan, yo uso mi energía en comunión. Por eso centro mi atención resolutiva con entusiasmo, intención focalizada y acción con corazón.

Ya escucho las risas burlonas de los luchadores, de los expertos, de los controladores, de los científicos sabelotodo. Queridos, a la paz no se llega con la guerra. Por ahí, no.

Además, su alianza estratégica con ego.com tiene los días contados en la Tierra, y usted lo sabe. Por eso nos han montado a toda prisa esta mascarada virtual de marionetas sin que muchos se den cuenta de lo que hay detrás del telón.

No habrá juicios ni arrestos en masa tras este tinglado demente, qué pena. No bajará nadie del cielo a rescatarnos de las garras inclementes. Porque adentro está la salvación. Y, paso a paso, ante tanta demencia nos estamos juntando para decir basta, «enough is enough».

Ya ha comenzado el tsunami creciente de consciencia que limpia las impurezas, esfuma la bajeza e impulsa la ascensión. Habrá paz en lugar de guerra, generosidad en lugar de avaricia, colaboración en lugar de competición.

Señor Odio, su monopolio omnipotente del mercado se ha acabado. Le quedan dos telediarios. Muchas gracias por los servicios prestados.

 

Cordialmente,

Mensajera del amor.

 

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Maestra mía, aquí estás otra vez conmigo para una nueva lección.

¿Qué recóndito laberinto de mí misma quieres que explore hoy?

Los dolores heredados de mis antepasados, mis valores escondidos, mis creencias limitantes, mis acuerdos y lealtades ciegas, mis errores recientes, mis amores fallidos y logrados, mis expectativas frustradas, mis deseos no cumplidos, los para qué sin respuesta, la nostalgia de los que ya no están…

¿Con qué piensas clavar tu cuchillo en mis heridas?

Con todo lo que pudo ser y no fue. Con todo lo que soy, y aún no veo. Con los fragmentos de un yo roto en mil pedazos. Con el dolor de la humanidad y del planeta que soy capaz de sentir y filtrar.

¿Qué me hace llorar así? ¿Es mi ego? ¿Es mi alma? ¿Es mi cuerpo sabio que necesita limpiarse? ¿Es mi sistema nervioso que vuelve a resetearse?

Hay lágrimas de gratitud ante cada pequeño y gran detalle de la vida. Lágrimas que brotan cuando contemplo la belleza que nos rodea, cuando aprecio la bondad de la gente. Lágrimas de amor.

Hay lágrimas de dolor, de nostalgia y de impotencia, benditas sean las lágrimas que limpian mis células de cargas pasadas. Lágrimas de tormenta que traen calma. Lágrimas de introspección en la negrura.

No veo, por favor, ¡enciende una luz en este pozo oscuro! Quiero recoger mis trozos esparcidos. Quiero recuperar las ganas de vivir. Si estoy aquí es porque así lo he decidido y porque la vida me ha escogido a mí.

Hagamos brotar la alegría desde el fondo de ti misma, querida tristeza. Ven aquí, déjame abrazarte y sentir cuánto me pesas.

Ven aquí, lloremos juntas hasta vaciarnos por completo. Y en ese vacío llenarnos de amor, del divino amor verdadero. 

Y así, con los ojos cerrados y temblando, lloro con mi tristeza. Me abrazo, y a punta de abrazos suturo mi alma y mis tejidos. Descubro los signos en braille que conectan mi corazón partido, y vuelve a ser una mi alma desperdigada en las estrellas.

Luego de un rato eterno, vuelve la calma y la luz de la esperanza se abre paso en mi cuerpo. Me limpio la cara, me miro al espejo y me digo: me amo y me acepto tal y como soy. Estoy aquí para elevar la vibración del planeta y empiezo por mí, hoy. 

Unas lagrimitas y he quedado como nueva. A otra cosa, mariposa.

Gracias, querida tristeza.

 

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Tienes el poder de editar tus recuerdos

Hay recuerdos que son puñaladas,

cargados de sensaciones, nos retornan al infierno.

Una prisión de sufrimiento de la que podemos salir, 

si queremos ver que la vía es hacia dentro. 

Dentro está la causa, la pregunta y la respuesta.

Dentro está la llave que abre ventanas y puertas.

Dentro ves tu vida como una película 

de la que escoges recordar o no ciertas escenas.

Y son esas escenas las que te hacen sufrir o reír.

y son esas escenas las que te hacen vivir o morir.

Escenas cortantes de palabras y miradas gélidas,

que te rompen el corazón o el ego,

que te hacen perder tu coordenada en el universo.

Y aunque aprendiste que no puedes cambiar el pasado,

tienes el poder de editar tus recuerdos:

bájale el volumen, reduce su tamaño, quítale el color y el peso.

Juega, porque tú puedes liberarte y manifestar tus sueños.

Y cuando la brisa traiga un olor conocido,

cuando alguien por error apriete tus gatillos,

cuando la herida se abra entre colegas o amigos,

recuerda que tuyo es el poder de lo vivido.

Cuando el rencor te amargue la boca,

cuando el dolor te pare y te encoja,

cuando la tristeza en mil pedazos te rompa,

abrázate con amor, que el amor todo lo transforma.

También te doy otra pista:

En la historia que te cuentas eres más que protagonista.

Cocreas, editas e incluso eres artista.

Así que usa tu imaginación, cambia el guion,

y con amor mejora tu vida.

Te bendigo

«Te bendigo» es un poema que escribí inspirada en una recomendación de Louise L. Hay que leí en su libro “El poder está dentro de ti”.

Un libro que tengo en mi mesita de noche y que releo de vez en cuando.

Bendecir con amor y liberar aquello que te disgusta es una forma de limpiar esa energía densa y cambiarla por una mucho más ligera y fluida.

¿Qué te ayuda a liberarte de lo que te disgusta?

 

 

Te bendigo a ti que me has amado y a ti que me has herido;

a ti que me has hecho ver un punto de vista distinto;

y a ti que estás leyendo estas líneas, te bendigo.

Te bendigo a ti que sigues a mi lado, y a ti que sin decir adiós te has ido.

También a ti que tras siglos de ciclos me has dado la vida,

y a ti que nacerás de los hijos de mis hijos.

Te bendigo a ti que me diste tu mano y a ti que me trataste con fastidio.

Feliz me hicieron tus abrazos, y fría me dejaron esos gestos y palabras

que cortaban cual cuchillos.

Te bendigo con amor, te perdono, te libero de mi vida

porque al hacerlo contigo lo hago conmigo.

Y porque me amo, me libero y me bendigo.

 

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CARTA A LAS EMOCIONES

Querido, miedo:

Tenemos que hablar.

Te agradezco todo lo que has hecho por mí. Aunque me ayudaste a sobrevivir en algunas ocasiones; ya no sobrevivo, ahora disfruto el gozo de existir.

Me hiciste temblar en la oscuridad. Y a ciegas, aprendí a agudizar todos mis sentidos y a conectar con otras dimensiones.

También me enseñaste el contraste de vivir contigo y contra ti. Contigo aprendí que tememos a lo que no conocemos. Contra ti, me hice daño a mí.

Querido, miedo, seamos sinceros. Sentirte hiere, enferma el cuerpo, acelera el corazón y esclaviza la mente, sobre todo la de aquellos que no te reconocen dentro. Tú eres la herramienta de control, hipnosis y propaganda preferida de la élite que tanta imaginación tiene.

Y yo, que siento el amor divino vibrar en cada una de mis células, he superado dolores inhumanos, he estado más allá del velo entre la vida y la muerte; también he aprendido a respirarte lento y profundo hasta calmar mis latidos, a mirarte a los ojos y a atravesar tu espejismo.

Y quiero que sepas que ya no te temo porque yo me amo y tú solo existes si yo te creo.

Por fin, me amo, incluso cuando menos lo merezco porque es cuando más lo necesito. Y el amor verdadero lo integra todo y abraza al miedo.

¿Temes desaparecer en el abrazo del amor?

Cada vez que apareces te miro, y te desvaneces. Tranquilo, querido, no estoy aquí para cambiarte. Estoy aquí para amarte, conocerte y comprenderte. Soy la presencia que te observa, el espacio en el que tú vas y vienes.

¿Sabes?

Cuando veía el mundo y a todos los que abusan, tenía miedo de usar mal mi propio poder. El poder de haber escogido estar aquí y de haber sido escogida por la vida. Tenía miedo de brillar y dejar que el universo brillara a través de mí.

Ahora sé que no puedo hacer daño y que nada puede hacerme daño porque soy amor. Ahora sé que ya no necesito ver la oscuridad para sentir mi luz. Ahora sé que mi amor me pone a salvo, que el amor es un regalo que me doy y que comparto.

Y he tirado una moneda al cielo, no para escoger cara o cruz, sino para ver cómo cae, gira sobre su borde y dibuja en el aire una esfera de armonía. Porque tú y yo somos uno bailando compases distintos en la fiesta de la vida.

Querido, miedo: Se acabó. Lo que pasó, pasó. Te veo, te escucho, te reconozco y te dejo ir.

Hoy te doy las gracias por ayudarme a ser más valiente, te invito a bailar conmigo y te abro mi corazón.

Con amor,

Yo soy.

 

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