Escribir para sanar la mascarada unidos

Método capicúa, © Nohora Morales Parga

Miro al reloj digital: son las 7:27 a. m. Vuelvo a mirar: son las 5:35 p. m. Desde hace unos cuatro meses, cada vez que miro el reloj, los números me muestran el mismo patrón: ¡capicúa!

Un número capicúa se lee igual de derecha a izquierda que de izquierda a derecha. Los términos equidistantes son idénticos y al hacer una sucesión capicúa se dibuja una curva.

Una curva… ¿a qué te recuerda?

«Cap i cua» del catalán, significa cabeza y cola. Dos partes distintas de un mismo cuerpo. Dos visiones y experiencias opuestas de una realidad colectiva.

¿Cuál es mi punto de vista? ¿cuál es el punto de vista del otro? ¿Qué nos une? ¿Qué nos separa?

Nuestro punto de vista, nuestras creencias y nuestra experiencia sobre la gestión del Covid-19 nos ha dividido, por lo menos, en dos grupos antagónicos. Y en esto, tienen mucho que ver los medios de comunicación.

En los extremos están los policías/delatores de balcón y los regañones del camino versus los que hacen denuncia agresiva en contra de las medidas tomadas.

En medio estamos los que usamos la mascarilla lo menos posible y porque toca en lugares públicos cerrados, para que nos dejen entrar al supermercado, por ejemplo, en los países en los que es «obligatoria» solo cuando no puedes guardar un metro y medio de distancia.

¿Sabías que si tienes ciertas enfermedades tienes derecho a caminar al aire libre durante el confinamiento?

¿Sabías que si tienes asma y problemas respiratorios no es obligatorio el uso de la mascarilla (tapabocas, bozal, etc.)?

En los dos casos necesitas un certificado médico y mucha serenidad. Te mirarán mal, te reñirán a gritos por no cumplir con la norma, te impedirán el acceso a las tiendas y al transporte público. También te pueden multar.

Surrealista…

Si vives en Australia, por ejemplo, esto no aplica. Allá no hubo confinamiento estricto y solo usan la mascarilla los que tienen síntomas y dieron positivo en la prueba. Es otra cultura y otro nivel de consciencia.

¿En qué mundo quieres vivir?

Yo quiero vivir en un mundo de amor, de respeto y de libertad. Yo quiero vivir en un mundo de paz, de alegría y de abundancia. Un mundo en el que haya agua potable, comida y energía para todos. Sé que el primer paso para crear ese mundo es comprender al que piensa distinto a mí y dejar de juzgar.

La clave es comprender al que piensa distinto a mí y dejar de juzgar.

En el fondo, todos los seres humanos tenemos las mismas necesidades. Es solo que las prioridades y las estrategias para satisfacerlas son distintas. Para una persona que defiende el uso obligatorio de la mascarilla prima la seguridad. Una persona que camina por el parque sin mascarilla defiende su derecho a la libertad.

 

Escribir para sanar la mascarada unidos, método capicúa

Gracias a los números he creado el método capicúa. Hoy, el tema de este ejercicio de escritura terapéutica es la mascarada de la mascarilla obligatoria (tapabocas, bozal, como le llamen en tu país).

Un tema candente que revuelve tripas, aviva o ahoga voces y enciende pasiones entre los puntos de vista opuestos. Cada día que pasa la crispación y estrés social va en aumento y esto lo podemos cambiar.

El objetivo de este ejercicio es analizar las distintas visiones y tratar de encontrar puntos en común desde los que podamos crear una convivencia más amena para todos gracias a la empatía.

¿Cómo?

Vamos a hacer el ejercicio de ponernos en los dos extremos por turnos.

Primero, «CAP» para dar argumentos en cada caso.

Segundo, «CUA» para atacar al opuesto.

Y tercero, «I» para encontrar lo que nos une y crear sin destruir.

Te voy a dar algunos ejemplos que he leído en las redes sociales o que me han contado amigas que han vivido de cerca el contagio. He escogido los menos extremistas.

Tu parte del ejercicio es ponerte en las tres posiciones y añadir algo más.

 

Nota: Es un ejercicio de escritura privado.

Te invito a compartir aquí algo constructivo para la «I» que nos une.

 

1. «CAP»: ¿Por qué hago lo que hago? ¿Por qué creo lo que creo?

A favor del uso obligatorio de la mascarilla

Tengo miedo a enfermarme y a contagiar a mis seres queridos.

Incluso, tengo miedo de que se enferme mi gato. Los coronavirus matan a los gatos.

Me da ansiedad pensar que puedo morir asfixiada porque el virus ataca los pulmones.

Necesito trabajar para poder pagar mis gastos. Trabajo de cara al público. Si a mí me obligan a usarla, a ti también.

Me pongo la mascarilla por amor a mis padres y abuelos. Creo que así los protejo.

Creo en lo que dicen las autoridades (políticos, OMS, medios de comunicación, policía) aunque se hayan contradicho varias veces. Confío en ellos. Es muy difícil gobernar en estas circunstancias.

Miro la televisión y sigo las noticias para informarme. Les creo.

No me siento controlado ni sumiso ni manipulado. Uso la mascarilla porque creo que sí sirve, que lo hago por proteger a otros y por empatía.

Creo que la mascarilla me protege de virus distintos y es el mejor método para prevenir el contagio. Lo dicen cientos de estudios. ¡Todo el mundo debería usarla!

Es una pandemia. Una tragedia. El virus es muy contagioso y mortal. El sistema sanitario está saturado porque la gente no respeta las normas de seguridad.

¿Hipoxia? Yo trabajo en la industria alimentaria y uso guantes, gorro y mascarilla todos los días durante ocho horas desde hace años. ¿De qué se quejan?

Yo soy una persona solidaria y creo que lo mejor que puedo hacer es ponerme la mascarilla aunque no me guste. Creo que así hago parte de la solución.

Me indignan todos esos egoístas que van por la calle sin mascarilla. Yo soy una adulta que contribuye a la seguridad de la sociedad y me gustaría que los demás también lo hicieran.

La mascarilla debería ser obligatoria hasta que saquen la vacuna.

El uso de la mascarilla es una cuestión de salud pública. No usarla podría ser letal.

Te he dado algunos ejemplos, ¿qué podrías escribir tú aquí?

 

 

En contra del uso obligatorio de la mascarilla

Nos han educado en una sociedad en la que si tienes síntomas gripales, te tomas un antigripal y te vas a trabajar y a contagiar a todos y ahora, ¿me obligáis a llevar la mascarilla en todas partes y sin síntomas?

Estoy sana. Como verduras, frutas y productos ecológicos no procesados. Mi sistema inmune es fuerte. Hago ejercicio a diario. Medito. Estoy libre del contagio y si me enfermo de cualquier cosa, será leve. ¿Por qué me tratan como si tuviera ébola?

Mi padre de 86 años se contagió de Covid-19 en marzo. Estuvo tres semanas en el hospital. Nos hicimos las pruebas. Ni mi madre de 84 años ni yo tenemos el virus ni anticuerpos a pesar del contacto cercano y sin ninguna protección.

Aquellos que imponen la mascarilla a los demás, ¿cuántas horas las usan al día y a qué temperatura ambiental?

No le tengo miedo a la enfermedad ni a la muerte. Quiero disfrutar cada día de mi vida en libertad. La vida sin libertad no es vida. Mi libertad de caminar al aire libre sin mascarilla no pone en peligro tu vida.

El uso de la mascarilla de forma continuada es dañino para la salud física y mental.

No me gusta que me controlen ni que me impongan medidas drásticas, desproporcionadas e injustas. ¡No estamos en el medioevo ni en la dictadura China!

Creo que lavarse las manos con agua y jabón (suponiendo que tienes acceso a agua potable) y mantener la distancia es mucho más efectivo que usar la mascarilla.

La mascarilla no protege de los virus. Lo dicen cientos de estudios. Todo lo contrario, enferma. Hagamos una investigación con las cajeras de los supermercados. ¿Cuántas sienten dolor en el pecho desde que la usan varias horas al día? Este dolor y la tos seca son síntomas de pleuresia (inflamación de la pleura que reviste los pulmones).

He visto varios vídeos de distintos médicos, virólogos, epidemiólogos de diferentes países y todos ellos afirman que la mascarilla no protege de ningún virus, solo retiene gotas de saliva y partículas. Además, produce hipoxia, reacciones cutáneas, tos. La humedad de la mascarilla es un foco de infecciones, gérmenes y hongos.

No creo en lo que afirman los políticos ni los medios de comunicación. Dicen negro y después blanco. Manipulan las estadísticas y los datos. Malinterpretan los informes científicos. Borran la información que va en contra de sus intereses. ¿Para qué? ¿Qué hay detrás de esta cortina de humo?

Es maquiavélico culpabilizar y atemorizar a los ciudadanos, ahora se ensañan en contra de los jóvenes (y sanos). El sistema sanitario está saturado por los recortes a la sanidad en los últimos diez años. ¿En qué se están gastando nuestros impuestos?

Ni mascarilla obligatoria ni vacuna obligatoria. Los médicos y expertos que aparecen en las noticias trabajan para las farmacéuticas, que venden remedios, pruebas y vacunas. Si dicen la verdad, se quedan sin trabajo. Es una mafia.

Este no es el primer virus ni será el último. Según las estadísticas del INE, en España, de enero a mayo de 2017 hubo más muertes que en el mismo período de 2020. ¡Investiga!

Tengo asma. Cuando camino con la mascarilla puesta me da mareo, tos, náuseas, me asfixio.

Soy sordomuda. Necesito ver las bocas de las personas para leer sus labios. Ahora que todos usan la mascarilla estoy incomunicada.

El uso obligatorio de la mascarilla es un experimento político de sumisión y adiestramiento. «Adhesión y obediencia para evitar el castigo/multa». La mascarilla es una herramienta para inocular el miedo, para masificar y manipular a la muchedumbre. ¿Qué viene después?

«Llevar puesta la mascarilla todo el tiempo ‘por si acaso’ es como llevar puesto un condón todo el tiempo ‘por si acaso’». Copiado del perfil de un médico en Twitter.

La doctora Natalia Prego ha denunciado varias veces, entre otros temas, que no hay epidemia ni necesidad de usar mascarilla fuera de un hospital, que sí es un lugar de contagio. Además, los PCR dan falsos positivos.

Estés o no en contra, escribe algunos argumentos para no usarla.

 

2. «CUA»: ataco al que no hace o cree lo que yo hago o creo 

Esta es la parte de desahogo y es privada. Escribe, sácalo de ti y rómpelo si quieres.

A favor del uso obligatorio de la mascarilla

Los que no usan la mascarilla son unos inconscientes, descerebrados, egoístas que no les importa el bien común.

Ellos creen en conspiraciones, mira que acusar a Bill Gates de querer vendernos su vacuna y un microchip de control que se instala bajo la piel para reducir la población y esclavizar a los que queden vivos.

¡Son unos terraplanistas, conspiranoicos, anti-5G, antivacunas!

«¡No llevar mascarilla no es de valientes sino de insolidarios!» escribió una famosa escritora en su columna semanal.

¿Cuál hipoxia? Ridículos. La mascarilla no aumenta la absorción del propio CO2, ¡qué va!

«Si llevo la quirúrgica y me cruzo con alguien sin mascarilla me la quito ostensiblemente: lo llamo morir matando». Copiado de twitter.

Tú crees que la mascarilla no sirve, yo creo que sí protege.

 

En contra del uso obligatorio de la mascarilla

Los que usan la mascarilla son unos borregos, covidiotas, subnormales, hipocondríacos, miedicas, adoctrinados, teleprogramados.

No leen, no se informan de otras fuentes que no sean las mismas de siempre.

¡Qué miedo tienen! ¡Cómo se dejan manipular! ¿De verdad creen que la mascarilla les protege?

¿De verdad creen que esta vacuna es inocua y efectiva? Por ahí no es. ¡Despierten!

¡Qué absurdo! Estamos en un parque con metros de distancia personal no dentro de un bus atestado. ¿Por qué me obligan a usarla al aire libre?

Si te la quieres poner, póntela. Ah, ¿la egoísta soy yo porque no hago lo que tú quieres que haga y no lo que yo necesito? ¿Te estoy obligando a quitártela?

Yo estoy sana. ¿Quieres que me ponga la mascarilla todo el tiempo?: ¡matasanos!

Pedirle que se ponga la mascarilla a un anciano que necesita una bombona de oxígeno para respirar es un crimen.

 

3. «I»: encontremos lo que nos une

Llegados a este punto, respiremos profundo, varias veces. Estés del lado que estés, te parecerá que tienes la razón y que el otro se equivoca.

Inhala. Exhala con ruido: aaaah. Mientras exhalas, suelta todo lo que has leído, escrito o dicho antes. Suelta y deja que se vayan todas esas emociones densas.

A mí me ha costado un poco hacer este ejercicio de enfrentamiento. ¿Y a ti?

Ahora es necesario ir al interior, prestar atención al corazón y dejar de señalar hacia afuera. Respira profundo y cierra los ojos un rato.

¿Ya?

¿Escuchas el latido de tu corazón y la canción de tu alma?

Señalar hacia afuera es muy fácil. Decir y escribir palabras agresivas y denigrantes en las redes sociales empeora la situación.

Donde pones tu atención, pones tu energía. Eso que alimentas, crece.

Alimenta tu amor, tu calma, tu alegría en lugar de intoxicarte con tu miedo, tu rabia, tu frustración.

El reto es mirar hacia dentro todos los días, cuidar los pensamientos, las emociones, las palabras que salen, las acciones que dejan una huella en este mundo. El reto es liberarnos de prejuicios, etiquetas y críticas. Dejar de juzgar.

Si eres de las personas que dicen: «o todo o nada», es probable que abandones aquí. Si sigues, te lo agradezco.

¿Qué tenemos en común?

En el fondo, tenemos las mismas necesidades básicas, aunque nuestras prioridades sean distintas. Lo que crea el conflicto son las estrategias para satisfacer esas necesidades.

En el fondo, amamos y queremos ser amados. Cuidamos y queremos ser cuidados. Solo que cada uno/a lo hace a «su» manera.

En el fondo, queremos vivir en paz, reírnos, comer rico. Queremos comprobar que la vida y la muerte tienen sentido.

 

Y hablo de la risa porque el hecho de reírnos juntos puede demostrarnos que estamos unidos, y puede borrar el miedo. En este post te cuento todos los beneficios de la risa.

La risa, como la gratitud, es muy poderosa. ¡Ríete!

¿Tienes lápiz y papel a mano? Escribe qué más podemos tener en común.

Por ejemplo, a todos nos han enseñado a juzgar. Vemos y escuchamos lo que nos reafirma nuestra propia creencia. Todos le tenemos miedo a algo.

¿Qué es lo que nos mueve: el amor o el miedo?

Todos sentimos amor y miedo en distintas proporciones y circunstancias.

La persona que se pone la mascarilla y quiere que sea obligatoria puede hacerlo para proteger a un ser querido. Lo hace por amor y por miedo. La mascarilla le da seguridad.

La persona que camina al aire libre sin mascarilla quiere disfrutar de la vida. Se ama a sí misma tanto como para defender sus derechos, su salud, su libertad. Teme a un estado totalitario que impone mascarillas, pérdida de privacidad, vacunas, controles, etc. Sabe que la mascarilla es un timo.

Qué tal si…

Que tal si nos calmamos un poco y llegamos a un acuerdo.

Que tal si apagamos la tele y nos sintonizamos con la frecuencia del amor.

Que tal si nos informamos mejor y comprobamos las fuentes a través de otras vías.

¿Gritar a la abuela que te increpa porque no llevas la mascarilla sirve de algo? ¿Qué tal si respondes amablemente: «sí, señora» y te vas sin más?

¿Regañar al niño asmático que no lleva la mascarilla con 38 grados a la sombra te hace sentir mejor? ¿Qué tal si te alejas con tu mascarilla puesta y dejas a la gente en paz?

Y si no llevas mascarilla, ¿qué tal si te cubres la boca cuando toses y estornudas?

¿Contestar a la periodista/escritora que hace apología de la mascarilla cambia su forma de pensar? No. Ella cree que tiene toda la razón. Ella cree que así presta un servicio. Ella se considera solidaria. Sus seguidores, también.

Ojos que no ven, corazón que no siente. —Refrán.

Qué tal si observamos lo que sucede con cierta distancia emocional para evitar disparar nuestros gatillos internos y así dar una respuesta pacífica.

Truco: respira profundo durante varios minutos antes de responder.

Qué tal si dejamos de desacreditar y tergiversar en las redes a las personas que no piensan como nosotros, científicos y médicos incluidos.

Qué tal si escuchamos y respetamos la decisión ajena aunque sea contraria a la nuestra.

Qué tal si cuidamos las palabras que salen de nuestra boca. ¿Para qué herir cuando podemos respetar?

Qué tal si flexibilizamos las normas en los países más estrictos: en sitios cerrados es recomendable usar mascarilla. Al aire libre, somos libres de usarla o no. Sin juzgar, sin multar ni insultar al que la usa o no.

Qué tal si en lugar de quejarnos buscamos una solución legal o una alternativa de soberanía ciudadana. Tenemos libre albedrío. La autoridad de los gobiernos no es ni debe ser ilimitada.

Tenemos derecho a defender nuestros derechos. Ya se están creando asociaciones civiles en España, con este fin (Médicos por la verdad España, Ciudadanos por la verdad). Y hay grupos para fomentar la soberanía en salud, alimentación y energía que no atacan al sistema y sí crean alternativas.

Además, hay una comisión de investigación extraparlamentaria multidisciplinar, en Alemania. Y una comisión, de más de dos mil médicos y abogados en Italia, ha demandado penalmente a la OMS, al gobierno italiano y a los asesores sanitarios del gobierno.

En este momento, tienes la opción legal del certificado médico. Sin embargo, gracias a la Ley de Protección de Datos, la policía no tiene por qué saber cuáles son tus enfermedades. Esa es información privada. El certificado se utiliza para recurrir alguna multa.

También puedes recurrir todas las multas y demandar por abuso de poder. El documento de declaración responsable de autoexención solo debe rellenarse y presentarse para recurrir una multa, según Luis de Miguel de la Asociación Scabelum Consumidores

¿Lo sabías?

¿Cuál es mi verdad? ¿Cuál es tu verdad? ¿En dónde se cruzan nuestras verdades?

¿Cómo encuentro mi paz cuando me obligan a hacer algo que no quiero?

¿Cómo guardo mi serenidad cuando me siento atacado/a? ¿Reacciono o respondo en calma?

Responder desde la paz, la conexión y el respeto es el reto. Mantener una higiene interior de pensamientos y emociones es crucial.

Escribir para conocerse y aclararse es el primer paso.

Te animo a escribir y a reflexionar.

Si quieres aumentar tu serenidad, te recomiendo meditar. Ahí te lo dejo.

Y te envío un luminoso abrazo de paz, pienses lo que pienses.

¡Muchas gracias por haber llegado hasta aquí!

¿Hiciste el ejercicio de escritura?

Por favor, comparte y/o déjame un comentario constructivo. 👇👇👇

 

Artículos de escritura terapéutica:

Escritura terapéutica, ejercicios, claves e ideas para superar el estrés

Escritura sanadora: 7 ejercicios para sentirte mejor

Escribir para sanar: 5 ejercicios de escritura terapéutica

 

Referencias

Entrevista a la doctora Natalia Prego, eltorotv.com, 27-jul-20 Únete al grupo de médicos por la verdad España: 677 572 759

Cuentatucaso.com PDF descargable para rechazar el test rápido de coronavirus. 23-abr-20

Coleto, Luys. Qué hacer si te sancionan por no llevar la mascarilla, elcorreodeespana.com 2-ago-20

Documento para la exención del uso de la mascarilla, elarconte.com, 16-jul-20

Morales, Marco. Sobre la psicología del uso de las máscaras. Youtube. 16-jul-20, 3 min.

Padovani, Isabelle. Le masque de la discorde. Youtube, 10-jul-20, 48 min.

Revisa las cifras actualizadas de distintos medios oficiales como: worldometers.info/coronavirus/

Comisión de investigación extraparlamentaria sobre corona en Alemania, Youtube, 8-jul-20, 29 min.