Cuando entiendas y sientas con el corazón que somos uno, te llenarás de paz.
Somos uno con el que nos cae bien y con el que nos cae mal.
Somos uno con los seres amorosos y con los seres que olvidaron amar.
Somos uno con la luz y con la oscuridad.
Somos uno con cada versión nuestra que vemos o no reflejada en los demás.
Somos uno en amor y al amor original todos vamos a regresar.
Somos uno con la fuente primordial.
Somos uno y cuando así lo sientas dejarás de juzgar y te será fácil perdonar.
No hay escogidos. Ni mejores ni peores. Y por muy rezagado o denso que sea, nadie quedará atrás. Tomará el tiempo, el espacio y lo que haga falta desde nuestra percepción lineal.
Así que disfruta del recorrido, ama, perdona, ríe. Cultiva la paciencia, el discernimiento y la perseverancia. Esta vida es un juego y cuando la partida termine, otro juego empezará. Suelta todas las creencias limitantes y avanza libre, expándete como un gas.
Cuando así lo sientas, respira profundo y perdona tu percepción humana de separación porque es una ilusión temporal. Respira profundo y siente la unidad que palpita en el eterno presente. Respira profundo y siente la grandeza del amor de tu alma multidimensional.
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