Caíste en la trampa invisible del miedo. Y por pánico a la incertidumbre, sufres y te cobijas en el maltrato. Alejada de los que te queremos, le temes a él y a tu propia bondad. Confundiste el amor con la necesidad. Ya no sabes quién eres ni en dónde estás. Demasiados años viviendo una mentira. Qué importa lo que él diga. Eso que él te dice no es verdad. Pero él es para ti como una droga. Si te mira, si te toca, te emocionas. Ciega y enganchada a su falsedad. Adicta a tu verdugo: ¡Desengáñate! No te ama quien te insulta y te amenaza, sin piedad. Perdona, pero eso que tú sientes no es amor. Si complaces para gustar, no te amas. Cuando el sexo llena el vacío de la indiferencia, no es amor. Si le gritas: “Ves que sí me necesitas”, te humillas. Sacrificarse y anularse por otro, no es amor. Sin embargo, sentirse mal tiene remedio. Amiga, te quiero. Comparto tu dolor. ¡Déjame abrazarte y recordarte que eres maravillosa, una mujer digna de respeto y comprensión! Te acompaño a la comisaría si quieres. Al denunciarle tendrás algo más de protección. Por favor reacciona ahora, te lo pido. Aléjate de él, de esa zona dolorosa de confort. Sí, la vida es dura. Pero déjate de excusas. La falta de dinero es un pretexto paralizador. Eres emprendedora, fuerte, bondadosa. Una mujer con un gran corazón. Encantas con tu don de gentes. Eres capaz de salir adelante y alcanzar tus objetivos. Uno a uno. Paso a paso. Cree en ti. Tú puedes. ¡Claro que sí puedes!, si a ti misma te quieres. Amarse significa respetarse y aceptarse. Tratarse con paciencia, ternura y compasión. Amiga mía, por favor, te lo pido: Quiérete más y mejor. 25 de noviembre, día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. #historiasdesuperación

4 comentarios a “Carta a una amiga: Quiérete más y mejor”
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Marival Casero - noviembre 30, 2016 en 10:44 am
Y el tiempo pasa y la vida se consume. No es justo vivirla así. ¿Educación, cultura…? Basta ya. No es bueno para nadie. Cada uno tiene su lugar en la vida del otro y también un límite. Respeto, cariño, comprensión. Si quieres ayudar a tu verdugo, no le sigas el juego.
A veces hasta nosotr@s mismos somos nuestro propio verdugo ¿Por qué tanta autoexigencia y tan poca compasión? Busquemos el equilibrio!!!!
Nohora - noviembre 30, 2016 en 12:57 pm
Marival, ¡muchas gracias por tu comentario! Eso mismo pienso yo. Aunque, a veces, nos cuesta reconocernos como nuestro propio verdugo.
Elena - diciembre 2, 2016 en 1:01 pm
Ojalá tus palabras lleguen a todas aquellas personas necesitadas y las hagan reaccionar.OJALA¡¡
Nohora - diciembre 2, 2016 en 2:59 pm
Muchas gracias Elena. Ojalá. Sería maravilloso si al decir: «Abracadabra» pudiéramos cambiar esa realidad. Por lo menos, podemos empezar por nosotras mismas.